Garaje Montesol en la calle Escultor José Capuz. Foto: Carambal.

El popular actor y cantante italiano Teddy Reno (Ferruccio Merk Ricordi de nombre verdadero y casado con Rita Pavone) nunca ha estado en Mont-Olivet, pero su rostro estará vinculado a este barrio de València para siempre. Una película suya, La revista soñada (Eduard von Borsody, 1959) fue la primera que se proyectó en el cine Montesol, de la calle Escultor José Capuz.

El viernes, 29 de diciembre de 1961, a las 18.30h, el cine abrió sus puertas con un programa doble, la película mencionada y Retrato en negro (Michael Gordon, 1960). Desde el martes anterior, un pequeño faldón publicitario anunciaba, tanto en el diario Levante como en Las Provincias, que en «breves días» se inauguraría. No adelantaban la fecha ni los films programados, solo destacaban el «más moderno sistema de proyección y sonido» del que estaba dotado la sala.

Aquella modesta publicidad (si se comparaba, por ejemplo, con la casi página entera contratada por el cine Rex para anunciar la segunda semana de Una mujer marcada (Daniel Mann, 1960) con Liz Taylor) era, sin embargo, suficientemente llamativa para un cine de sesión continua. Entonces, en la cartelera, solo aparecían seis salas de estreno (Capitol, Lys, Olympia, Rex, Rialto y Serrano) frente a las treinta de reestreno.

Mont-Olivet era un barrio en pleno crecimiento, que emergía dejando atrás los estragos de la riada del 57. Sus posibilidades comerciales, y la llegada de nuevos vecinos, despertaron el interés de los empresarios (y hermanos) Ramón y Pascual Serrano Boix, de Paiporta. Más allá de la Terraza Monteolivete, ligada a la parroquia de la misma calle y que proyectaba películas solo en verano (abrió unos meses antes que el Montesol, en junio de 1961 y, según investigación de Severiano Iglesias Tortosa1, cerró en 1965) no había ningún otro cine. Sin competencia, decidieron poner en marcha su proyecto. Para ello, confiaron en el arquitecto Salvador Pascual Gimeno.

Interior del cine Montesol. Imagen publicitaria de la época.

Pascual Gimeno (1908-1979) desempeñó varios cargos institucionales en los años cincuenta y sesenta. Suyo es el concepto de «ciudad monstruo» referido a la voracidad constructora y destructora de la ciudad de la que él no era ajeno. Cuando aceptó el encargo del Montesol ya tenía una dilatada experiencia en la construcción de salas de cine, como por ejemplo el Astoria, el Teatro Gran Price o el Lys (donde se encargó junto a José Luis Testor de la adaptación del local para cinematógrafo). Son muchos los edificios en València que llevan su firma (en bastantes ocasiones trabajando con su hermano Manuel), siendo el Pasaje Rex, la rehabilitación de la Iglesia de San Valero o el Eurotodo (esa mole acristalada en el cruce de la Pl. de l’Ajuntament con Barcas, con entrada por Moratín) los más populares. Aunque, tal vez, sea su doble intervención (reconstrucción en 1939 y ampliación en 1950) en el estadio del Valencia C.F. lo que más haya trascendido.

Interior del cine Montesol. Imagen publicitaria de la época.

El cine Montesol, según se puede leer en la imprescindible web Prospectos de cine, fue, inicialmente, presupuestado en 500.000 pesetas de la época (unos 3.000 € al cambio puro actual) y contaba con un segundo acceso a sus instalaciones (puede que la salida de emergencia) en la calle Luis Oliag.

La sala, sigue la información referida «disponía de un gran vestíbulo a la entrada, con espacio para taquillas, bar y servicios y en la parte derecha unas escaleras para subir a la cabina de proyección y sala de rebobinado. Tres amplias puertas daban paso a una larga sala con nada menos que cuarenta y una filas de butacas, con pasillo central y dos laterales, de las que el último tercio, separado mediante barandilla, correspondían a preferencia. El aforo total era de 1.631 plazas. Al fondo se situaba la pantalla panorámica y contiguo a ella otro vestíbulo más pequeño, con servicios».

Proyectores del cine Montesol. Imagen publicitaria de la época.

¡La más suntuosa, cómoda y amplia sala cinematográfica de Valencia, con el más moderno sistema de calefacción y refrigeración! Así se anunciaba el Montesol. El día de su inauguración, según se puede leer en la publicidad de entonces, acudieron personalidades de la banca, de la industria, del comercio y de la cinematografía (además de una buena representación de Paiporta), sin especificar ningún nombre. El único que aparece es el del sacerdote Etelvino Hernández que bendijo las instalaciones. En la misma nota se hacía referencia a la cafetería «con una gran barra de grandes dimensiones» situada a la derecha en el hall de entrada.

Las dos películas que tomaron el relevo a las que inauguraron la sala fueron Un paso al frente (Ramón Torrado, 1960) y Horizontes azules (Rudolph Maté, 1955). A partir de entonces, cada semana llegaron dos films de reestreno. Así hasta el 12 de noviembre de 1972 que cerró sus puertas2. El cine compartió acera durante unos años con la Pastelería Montesol (que levantó la persiana en 1966 y sigue abierta hoy en día), que aunque se llame así no tenía nada que ver con él.

Actualmente, el Montesol es un garaje, de cuatro alturas, que ha heredado su nombre. En su interior solo un recuerdo de su vida anterior. En la entrada, a mano izquierda, el cuartito que sirve de punto de información, mantiene la taquilla acristalada de entonces (en la foto bajo el cartel de prohibido fumar). Eso sí, con un papel y con un cartón han tapado los dos orificios que tenía (el que permitía la comunicación oral y por el que se dispensaban las entradas) como cuando la cerraban porque vendían todas las localidades.

Interior del garaje Montesol donde se puede ver la antigua taquilla del cine. Foto: Carambal.

1 Libro «Cines olvidados. Valencia, periferia y pedanías», de Severiano Iglesias Tortosa. Editorial Sargantana.

2 Libro «El libro de los cines en Valencia (1896-2014), de Miguel Tejedor. Editorial Carena.